La Oficina de Patentes de Estados Unidos ha registrado un sistema presentado por la empresa californiana que evita que los teléfonos sufran daños en sus partes más sensibles si se caen. El invento se basa en un sistema que cambia el punto de gravedad del teléfono.
Se trata de un sensor que monitoriza, en muy poco tiempo, el movimiento del aparato y su posición, de manera que quedan registradas la velocidad de la caída y el tiempo que queda hasta el impacto con el suelo. Éstos datos activan un pequeño motor vibratorio en el teléfono, que hace que el iPhone gire para que caiga en una zona que estará más protegida y que no será ni la pantalla ni la cámara de fotos.
Está previsto que Apple incluya este sistema en sus teléfonos en 2017.
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